Bienvenidos a Cuzco!! caí en esta linda ciudad con la incertidumbre de no saber como me iba a pegar el ambiente de una ciudad con tanto movimiento diurno y destreza nocturna, ya que venia de ambientes naturales muy lindos, sumado a que una de las paradas anteriores había sido en Llachon, un lugar muy aislado y con gente que no esta muy acostumbrada al movimiento turístico y que la tranquilidad y la paz rebalsaba todos los vasos de cada mesa.
Sin embargo me encontré con un grupo de argentos que transformaron cualquier incomodidad y malestar por el continuo smog del insoportable transito cuzqueño en sus angostas callejuelas, en constante alegría con una energía que cruzaba los andes con un simple soplido de buena onda. Así que me termine quedando 3 semanas en el mismo hostel y con la misma gente. Cada uno de ellos curtía un mambo distinto pero todos metidos en el intratable mundo del arte, unos que tocaban con sus instrumentos, otros que cantaban, otros que la rompían con los dibujos, alguno que se calzaba los zancos como quien se calza los botines para entrar a la cancha, otros que deliraban con algún que otro poi, en fin cada cual aportaba lo suyo para crear todos juntos una energía arrolladora, parecía un circo de buena vibra.
Todo empezó llegando con las mochilas al hostel con un brother peruano/español que me encontré en la isla del sol y con quien cruce la frontera Bolivia/Peru, terminamos combinando una onda poderosa. A penas llegamos nos invitaron a sumarnos al asado argento que estaban preparando en el medio de la calle, justo en esa linea que se puede divisar en la foto.
Después de comer la comida del dios argentino y de saciar la sed con la continua circulación del borgoña pelamos las guitarras. Tema va tema viene, a la par del agua sucia, terminamos teniendo publico en las cercanías. No se si por la pinta de hippies, de muertos de hambre, o el aroma a hombre que teníamos mas de uno, pero nos empezaron a tirar monedas. Con el pasar de las horas y la energía que no se acababa, las monedas seguían cayendo en la funda de mi pequeña guitarra boliviana. De repente nos llamaron de la esquina para que vayamos a tocar a una chicheria (bar donde escabian muuucha chicha). Terminamos tocando ahí donde con convidaron la famosa chicha en vasos bien grandes, haciéndonos recordar nuestras andanzas ferneteras Nos pusieron mas solcitos en la funda, y lo que nos llamo la atención fue que era gente muy humilde y sin embargo nos colaboraban igual. No falto el cordobés pulenta clavándose un vaso entero de chicha para marcar el territorio argento en el lugar jaja. Al rato fuimos a otro de esos barcitos tan peculiares y continuamos repartiendo alegría, cabe destacar que las caritas de los muchachos peruanos ya daban para cerrar las cortinas por ese día, pero seguían de pie con su baile tan característico.
Con mas energía de la que empezamos nos fuimos al centro a una cuadra de la plaza de armas, en la peatonal. Allí hubo una revolución y fue increíble como la gente se prendía a la fiesta que armábamos. De repente lo inesperado, una marcha paso a nuestro lado festejando el aniversario de la asociación de gente de la tercera edad. Por alguna razón nos pidieron que nos unamos a ellos para seguir cantando hasta la plaza así toda la gente les prestaba mas atención. Así que terminamos haciendo una simbiosis como la de un tiburón y una rémora e hicimos todo el recorrido de su marcha encabezando la misma con carteles que nos prestaron, finalizando en un salón donde se iban a reunir para festejar con ponche y comida.
Allí nos pusimos a tocar para todos ellos canciones improvisadas con muchas sonrisas, aunque no sabíamos bien por que nos encontrábamos en ese lugar, con esa gente y tocando siendo el centro de su atención, solo lo hacíamos y disfrutábamos lo bizarro de la situación. Finalmente después de comer nos agradecieron no solamente con palabras sino que también pasando la gorra por la gente del lugar y entregándonos monedas como si fuera el diezmo en una iglesia, lo cual nos puso un poco incómodos y no las quisimos aceptar porque no era la idea ni el motivo por el cual estábamos ahí, pero bueno nunca aceptaron ese NO y terminamos llevándonos ese tesoro luego de escupir algunas lindas palabras que salían del corazón en agradecimiento por como nos habían tratado. Un detalle, saliendo del gran salón nos despidieron con una aplauso multitudinario tan grande que me sentí carlitos tevez saliendo en el minuto 44 saludando con los brazos en alto después de haber sido figura del partido con 2 goles en un clásico, no les miento fue así!!. Otro detalle no menor, en total juntamos unos exactos 113 soles, el equivalente a unos $450 mangos, todo un logro.
Gracias compañeros, nos volveremos encontrar en algún lugar del mundo para revivir estas experiencias tan lindas!!!!
Qué lindo lo que escribiste Mr, Up! Ya nos encontraremos nuevamente!
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